A través del trabajo de acompañamiento a mujeres víctimas y sobrevivientes de género, y del monitoreo en redes sociales, hemos en la ciudad de Mérida hemos podido identificar prácticas violentas en espacios públicos que vulneran el derecho de las mujeres a transitar libremente, a participar en espacios públicos y a desarrollar sus vidas libres de violencias.
Algunas de estas prácticas están naturalizadas y son conocidas como «piropos» o halagos al cuerpo de las mujeres. Sin embargo, desde las teorías feministas se ha teorizado sobre estas prácticas de acoso callejero como violencias que se dan en los espacios públicos y que son formas de ejercicio de poder desigual que busca cosificar el cuerpo de las mujeres y devolverlas al espacio privado.
Ante la alta incidencia de reportes de acoso callejero 2022 iniciamos una investigación en la que encuestamos a 131 personas, y a través de una metodología cuanti-cualitativa documentamos más de 100 testimonios sobre experiencias de acoso callejero en la ciudad de Mérida. A través de este estudio fue posible conocer las percepciones y experiencias del acoso callejero, y realizar una caracterización de este fenómeno, identificando cuáles formas de violencia son más comunes en cada zona de riesgo identificada. La muestra estuvo constituida principalmente por mujeres cisgénero (90.1%) cuya principal forma de movilidad urbana era transporte público o caminar (71%).
Sobre las experiencias de acoso callejero, gran parte de las encuestadas han vivido al menos una vez, formas de violencia que ponen en riesgo su seguridad física y que pueden tipificarse como delitos. En este sentido, el 56,8% de las encuestadas declaró que al menos en una ocasión alguien tocó de forma intencional sus partes íntimas (vulva, senos, boca, trasero). El 29,7% declaró que al menos en una ocasión había sido acorralada en espacios públicos por una persona desconocida con intenciones sexuales. El 38% declaró que al menos en una oportunidad alguna persona se había masturbado frente a ellas en espacios públicos de forma no consensuada, mientras que el 54% de las personas encuestadas declararon que al menos en una ocasión fueron perseguidas de forma persistente por una persona desconocida, poniendo en riesgo su integridad física.
Las formas de acoso más comunes experimentadas al menos una vez por las encuestadas fueron silbidos, o sonidos (77,9%); roces intencionales en zonas no intimas del cuerpo (77,1%); comentarios de índole sexual (76,3%); y toma de fotografías sin consentimiento (76,3%).
Las mujeres que se identificaron como bisexuales o lesbianas reportaron episodios de violencia en espacios públicos que respondían a razones de discriminación y odio por razones de orientación sexual.
Sobre la percepción de la actuación del Estado frente a esta forma de violencia, el 99,2% de las encuestadas opinó que el Estado a través de sus cuerpos de seguridad y sistema de justicia no ejecuta acciones suficientes para prevenir y sancionar este tipo de violencias en el estado Mérida. Mientras tanto, el 97,7% opinó que son necesarias políticas públicas de prevención frente a las violencias y acoso en los espacios públicos; y 98,5% indicó que es necesario también establecer sanciones para estas formas de violencia. Esperamos que la información presentada en estas páginas sean insumo para que se generen políticas y programas que prevengan la violencia de género en espacios públicos en nuestra ciudad.
Hola , vivo en Mérida desde hace muchos años , tengo 25 años y justo hoy leyendo una denuncia de acoso me tope con este movimiento , no tenía idea de que existía uno en mi ciudad .
En fin , solo quería decir queme tome el tiempo de leer todo el blog y especial esta sección de encuentras sobre acaso , y me impacto mucho , saber que como mujer en esta ciudad puedo decir con certeza que me pasó cada apartado de las encuentras ..me impacto mucho en especial la sección de Masturbación en lugares públicos , lo sufri y me sentí abrumada .
Hola, Lina! gracias por comentar nuestro blog. Es una realidad que nos ha tocado vivir a muchas y es hora de hablarlo y exigir acciones para prevenirlo. Merecemos estar seguras en el espacio público.
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